Ataúd del libro

En la víspera de unas vacaciones familiares como el aniversario de mi amada madre, tuve una pregunta seria para un regalo. El hecho es que a la mamá no le gustan las cosas caras y patéticas. Incluso un ramo de rosas estándar es una pérdida de dinero para ella. Considera cosas particularmente valiosas hechas por sus propias manos, incluso si será una tarjeta de papel banal.
Especialmente para tal evento, decidí hacer una caja para ella, cuya base era un viejo libro innecesario. Entonces, para la fabricación de dicha caja necesitaba:
un libro
cuchillo de papelería;
gobernante
Un simple lápiz.
El primer paso es separar cuidadosamente la primera hoja del libro del grueso de las páginas. Como regla general, esta es una hoja grande y sólida, que sirve como una página y una hoja pegada a la corteza del libro.
Solo necesita unirlo a la corteza, jugará un papel más adelante. En la mayor parte de las páginas, marcamos con la regla y el lápiz los límites de las futuras paredes de la caja. Decidí posponer 2 centímetros de cada borde.
Ahora suavemente con un cuchillo de oficina cortamos todas las hojas innecesarias. Prepárese para el hecho de que este proceso tomará mucho tiempo, fuerza y ​​nervios. En mi cuenta personal, dos callos y tres cortes. Atención particular requerirá esquinas. El más difícil de cortar. También vale la pena dibujar periódicamente un marco en páginas enteras, ya que debido al grosor del libro, los contornos delineados se extravían y las paredes pueden volverse muy desiguales.
Después de completar el trabajo titánico, comenzamos a fortalecernos. Para hacer esto, necesitamos un pincel, dos hojas blancas, formato A4 y pegamento PVA.
Aproximadamente en el centro, de modo que permanezcan los mismos extremos, debajo de las páginas colocamos una hoja en la pared posterior del libro.
Ahora pegue bien todas las hojas con pegamento.
Es mejor lubricar inmediatamente y por dentro. Lo principal es no ahorrar el pegamento.
Después de la pintura, cubrimos todas las páginas perdidas con otra hoja A4, cerramos el libro y lo presionamos bien. El mejor momento para secarse es la noche, pero puede limitarse a 3-4 horas. Después del secado, el pegamento se volverá incoloro. La parte superior de papel blanco se desprende con mucha facilidad. Lo retiramos y lo ponemos a un lado si no resultó herido.
Ahora trataremos con la primera hoja de nuestro libro, que no pegamos. Debe recortarse y pegarse al monolito de la página bajo tensión de esta manera.
Este procedimiento se realiza para que la tapa de nuestra futura caja descanse con confianza en el libro y no cuelgue cuando se abre.
Comenzamos a decorar la parte exterior. Para esto, decidí usar la forma más fácil. Es decir, una hoja de papel normal para una impresora A4 (incluso puede usar la misma hoja que colocamos en la parte superior de las páginas) y la arrugó en un pequeño bulto.
Cuando le di la vuelta, obtuve una cosita aparentemente tan discreta.
Ahora unta abundantemente la parte posterior de la cubierta del libro con pegamento, pero no con el lomo.
Adjuntamos nuestra hoja arrugada a la cubierta chapada para que el papel cubra y el lomo, y todavía hay márgenes en los bordes, en una palabra, el libro está en el centro de la hoja.
Hacemos cortes en la raíz. Envolvemos los bordes dentro del libro y lo pegamos a la portada.
Como decoración, decidí hacer el llamado podio para futuras decoraciones. Para hacerlo, necesitaba un rombo de un cartón corrugado ordinario. Lo pegué en el centro de la parte frontal de la cubierta.
Ahora pegamos la segunda parte de la cubierta con pegamento y pegamos la segunda hoja de papel arrugada, similar a la primera, solo mostrando con cuidado el contorno del podio y la columna vertebral.
Los bordes también están metidos en el interior del libro y pegados. Llega el turno de la columna. También debe lubricarse generosamente con pegamento y pegar alternativamente las partes restantes del papel. Primero, es mejor pegar la parte inferior de la hoja, y ya la vuelta superior, para no estropear la impresión general del trabajo. Escondemos los restos del papel arrugado en los bordes debajo del lomo del libro y lo pegamos.
Y nuevamente, volvemos al interior del ataúd. La hoja izquierda del libro está pegada en la parte posterior del libro para ocultar los fragmentos que guardamos. Además de todo esto, o más bien a lo largo del contorno de la cubierta, aplique pegamento.
Decidí que mi ataúd tendría dos corbatas hechas de cintas de raso. Si apoya mi idea, ahora es el momento de adjuntar la parte inferior. Simplemente lo colocamos en el centro de la cubierta y presionamos las páginas contra la corteza untada con pegamento. Usé el mismo papel arrugado para decorar el interior del libro. Lo pegué con el interior de la caja y los bordes de las páginas desde el interior.
Se acerca el momento más crucial. Procedemos a pintar la portada futura. Para esto, utilicé pintura acrílica, un pincel y un trozo de esponja de espuma.
Con trazos de pincel, pinte la esponja con un pincel y, apenas tocando, pinte sobre las protuberancias del papel.
Teñí el lomo del libro con los habituales movimientos de estampado.
Ahora pegue la corbata superior. También lo montamos en PVA. Desde arriba, decidí pegar una hoja de papel normal. Usando el mismo pegamento, puse trozos de servilletas con barniz de decoupage.
La decoración principal. Utilicé cintas de raso y cuentas para decorar la tapa de la caja. Al principio, decoré el espacio alrededor del podio con cintas, las doblé con un patrón simple y lo pegué para pegarlas.
Además, puse varios pétalos usando la técnica de kanzashi, una flor extraña.
Para evitar que las costuras se peguen por dentro, las pegué con la misma cinta de raso.
Bueno, en el medio de cada pétalo, planté una cuenta en el pegamento. (foto32) Mi regalo está listo.